Os queremos presentar el caso de Ginger, el pequeño de una camada de 3 gatos rescatados de la calle que conocimos por primera vez el pasado mes de mayo.
Ginger vino a la consulta junto a sus hermanos. La persona que los tenía a cargo había observado que Ginger estaba muy delgado, tenía diarrea desde hacía varios días y lo veía más débil que sus hermanos. Con la exploración confirmamos el cuadro de apatía, hiporexia y diarreas. Observamos que también tenía conjuntivitis bilateral, rinitis mucosa bilateral y úlceras en paladar y lengua.
Para intentar descubrir el origen de las diarreas hicimos un SNAP-Test de Giardia, uno de los parásitos más frecuentes en el sistema digestivo. Aunque el test resultó negativo, decidimos realizar también un test coprológico. En este un estudio de heces observamos grandes cantidades de Isospora Felis, otro tipo de parásito intestinal muy frecuente en gatitos.
Teníamos las causas de diarrea, pero faltaba saber la causa del cuadro ulcerativo en boca y de la conjuntivitis. Para ello, recogimos una muestra para hacer una prueba de biología molecular general. Esta prueba – realizada mediante real-time PCR en mucosa conjuntiva, faríngea y oral – consiste en buscar material genético de 5 tipos de agentes infecciosos diferentes: Bordetella Bronchiseptica, Chlamydia felis, Herpesvirus felino,Mycoplasma y Calicivirus felino.
A la espera de los resultados, empezamos tratamiento para casa con antiinflamatorio, antibiótico de amplio espectro, antiparasitario y probióticos para aliviar su malestar. El tratamiento contra los parásitos se administró también a sus dos hermanos, ya que presentaban sintomatología leve.
La prueba resultó negativa para los agentes Bordetella Bronchiseptica, Chlamydia felis, Herpesvirus felino y Mycoplasma felino pero positiva para el Calicivirus felino. Este último es un virus muy común en gatos. Es especialmente peligroso en gatitos ya que afecta a su capacidad para comer, es contagioso y resistente en el ambiente.
En la siguiente visita de control, observamos que Ginger se había recuperado satisfactoriamente.
Gracias al tratamiento instaurado precozmente, la patología clínica había desaparecido. Ginger había ganado peso, las úlceras linguales habían desaparecido, así como las diarreas.
Este tipo de proceso es relativamente frecuente en gatitos, sobre todo de aquellos rescatados de la calle y/o que sus progenitores no siguen controles veterinarios.